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Terapia con láser de bajo nivel (LLLT)
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Terapia con láser de baja potencia (LPLT)
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Bioestimulación láser suave
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Fotobiomodulación
LÁSER FRÍO FACIAL
La terapia con láser frío es una terapia con láser de baja intensidad que estimula la curación mientras se usan niveles bajos de luz.
La luz intensa pulsada o IPL (del inglés “Intense Pulsed Light”) elimina las huellas que los años, el estrés, y sobretodo, el sol, dejan en la piel, proporcionando un rejuvenecimiento global y uniforme del rostro, cuello, escote e incluso manos.
La terapia con láser frío también se conoce como:
Gracias a esta técnica de radiofrecuencia facial podrás atenuar las líneas de expresión y aportar luminosidad al rostro. Rejuvenecer el rostro y cuello consiguiendo un aspecto más joven y luminoso.
Cómo funciona la terapia con láser frío
Durante este procedimiento, se aplican diferentes longitudes de onda y salidas de luz de bajo nivel directamente a un área objetivo. El tejido corporal absorbe la luz. La luz roja e infrarroja cercana causa una reacción, y las células dañadas responden con una reacción fisiológica que promueve la regeneración.
El tejido superficial se trata comúnmente con longitudes de onda entre 600 y 700 nanómetros (nm). Para una penetración más profunda, se utilizan longitudes de onda entre 780 y 950 nm.
Aunque sentirá que el dispositivo láser toca su piel, el procedimiento es indoloro y no invasivo. No habrá sonido y no sentirá vibraciones ni calor. Cada tratamiento generalmente toma solo unos minutos.
La terapia con láser frío se usa para estimular el rejuvenecimiento de la piel. Los dermatólogos lo usan para tratar diversos problemas de la piel, que incluyen:
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Acné y cicatrices de acné
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Psoriasis
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Quemaduras
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Vitiligo
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Edema o hinchazón de la piel
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Dermatitis y erupciones
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Cicatrización de la herida
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La terapia con láser frío también se usa para tratar heridas difíciles de curar, incluidas las heridas relacionadas con la diabetes.